Cinco retratos audiovisuales contra la fobia social al envejecimiento, y para la visibilización de las mujeres mayores: sus voces, sus cuerpos, su fortaleza y su belleza.
Cuerpos de la Vejez es el retrato de cinco mujeres mayores que deciden contar su historia de vida a través de sus propios cuerpos. Cuerpos que, por la época que les ha tocado vivir, han sido silenciados y velados durante todas sus etapas, y que, sin embargo, antes de alcanzar su etapa final, reivindican su derecho a aparecer, ser mirados y admirados.
Un acto poético, reivindicativo a la par que estético, para devolver la belleza a la vejez y retratar su diversidad, recorriendo su geología dérmica de cerca: sus cicatrices, heridas, arrugas, erosiones y limitaciones, para descubrir sus verdaderos tesoros sedimentados: las nuevas posibilidades creativas de su presente.
Una campaña escrita y dirigida por Lucía Callén, protagonizada por las Lideresas de Villaverde para el proyecto Al Final de la Vida fruto de la colaboración entre OMC Radio y Fundación Vivo Sano, con el apoyo de Obra Social La Caixa.
Paloma: Un cuerpo que se transforma
Fe: Un cuerpo que transita
Manuela: Un cuerpo de raíces
Julia: Un cuerpo que reluce
Carmen: Un cuerpo en aventura
Ficha técnica-artística
Presentación de Cuerpos de la Vejez en la RESAD (Real Academia Superior de Arte Dramático):
Jornadas de Teatro y Feminismo RESAD
Presentación de Cuerpos de la Vejez Jornadas Celebrarte de Plataforma PMAC:
Jornadas Celebrarte, Plataforma PMAC
CONTEXTO:
La vejez ocurre de forma sutil y subjetiva, no aparece de pronto, es una transformación constante que, sin embargo, se manifiesta, en tanto y en cuanto creemos reconocer los signos de lo defectuoso a razón de la mirada que canoniza y determina el cuerpo normativo: arrugas, caída o transformación del pelo, pérdida de tono muscular, acumulación de grasa abdominal, etc. Las tecnologías médicas y la industria estética han declarado la guerra a la muerte, la enfermedad y la vejez, fomentando la fobia y el rechazo social hacia un proceso natural e inevitable del ser humano, capitalizando el proceso final de la vida y convirtiendo a las personas mayores en enfermas físicas y psicológicas por el mero hecho de ser mayores y, a sus cuerpos, en un objeto de explotación de por vida.
Por su condición, las mujeres mayores son doblemente desfavorecidas y sus cuerpos doblemente estigmatizados: La mujer es confinada a ser un cuerpo objetivo, un cuerpo que se circunscribe a su propia representación y en el que los otros encuentran placer. No importa su experiencia de la corporalidad, ni tampoco es ella quien resulta sujeto de deseo (Dulce Suaya, 2015).
En su libro la vejez, Simone de Beauvoir nos recuerda que la vejez es un destino, nos reucerda su diversidad, y que debe entenderse como una nueva etapa, igualmente creativa y potenciadora. Nosotras queremos seguir experimentando qué es ser un cuerpo y, a través de él, abrirnos a las nuevas posibilidades que nos ofrece esta etapa, recuperando el derecho a envejecer.